Tapia destaca, por supuesto, la belleza natural geográfica de esta península, sus “playas de agua color turquesa”, la gran vegetación, los cayos y otros atractivos como las ballenas jorobadas o el Parque Nacional Los Haitises. Y no deja de lado, la vida de pueblo de playa, en la que prima la solidaridad entre ciudadanos y turistas y el amor por la cultura dominicana.
La invitación de la escritora no descansa en los paisajes o lugares, sino que también aconseja sobre las distintas actividades que se pueden realizar en la zona. Y, en cierto modo, hasta nos recuerda la gran suerte que tenemos los dominicanos de vivir en una isla paradisiaca.
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