El estadounidense Mark David Wilkinson, de 58 años, murió a causa de asfixia por ahogamiento, según certificó el médico legista actuante, durante una excursión en Bávaro, en el distrito municipal de Verón-Punta Cana.
El informe preliminar de los investigadores indica que, según declaraciones del marinero Feliz Antonio Pérez Hernández, el extranjero Wilkinson comenzó a convulsionar en momentos que disfrutaba de una excursión en la playa Jellifish, en Bávaro, por lo que procedió a subirlo en una lancha en compañía de otro marinero y el capitán de dicha embarcación, brindándole masajes cardíacos mientras se dirigían a tierra, y fue llevado al Centro Médico Hospiten, donde falleció mientras recibía atenciones médicas.
Por este hecho la Policía detuvo para fines de investigación al marinero Pérez Hernández, así como también José Luis Jiménez Almonte, Diómedes Hernández Payano y el italiano Denis Ghersini, quienes junto al primero en mención estaban a cargo de la excursión.
En otro orden, el italiano Cristino Gallo, de 44 años, fue conducido muerto a la “Clínica Internacional Las Terrenas”, en Samaná, a causa de trauma en el cuello, posible intoxicación de Diazepan, hemorragia craneal y paro respiratorio, según el diagnóstico del médico legista actuante.
El informe indica que el europeo sufrió los golpes al caer del segundo nivel de su residencia, ubicada en el sector Las Tres Palmas, del municipio Las Terrenas, en esa provincia.
Su pareja sentimental, sólo identificada como Franchezca, quien convivía con la víctima, dijo a las autoridades que él estaba tomando alcohol y luego ingirió una cantidad no especificada de sus pastillas y otras.
Agregó que minutos después, vecinos le informaron que Cristino Gallo se había lanzado por una ventana.
Los cadáveres de los extranjeros fueron enviados al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), para fines de necropsia.
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