MEMORIAS DE VIAJES
Carmenchu Brusíloff
menudocb@yahoo.co
Hasta el momento, que yo sepa, hay en República Dominicana una sola plaza comercial que tiene en funcionamiento abanicos rociadores, tal como los que tanto abundan en Miami. Los tiene la Plaza Palma Real del turístico poblado de Bávaro. La zona cobra cada vez mayor auge internacional por las importantes cadenas de hoteles que aquí operan y el internacional aeropuerto Punta Cana. Los abanicos están ubicados en la parte céntrica de Palma Real, un centro de forma alargada que tiene a uno y otro lado las tiendas y, en el medio, un ancho espacio al descubierto que sirve tanto de paseo como para colocar mesitas de restaurantes. En su justo centro, empero, tiene un elevadísimo techo del cual cuelga un gigantesco abanico. Y es en los muros de este sector donde, adosados a cierta altura, funcionan los abanicos rociadores y giratorios. No importa si está alta la temperatura, en este espacio se siente fresco. (En Madrid, durante el verano, varios restaurantes con mesas en las aceras tienen en funcionamiento este tipo de abanico). En la Plaza Palma Real, cada local tiene su aire acondicionado, claro está. Entré a varias tiendas: en una de ellas han traído de vuelta los “jumpers”, esos trajes-pantalones enterizos que van desde el hombro hasta el suelo. Hace alrededor de 25 a 30 años, la fecha con exactitud no la recuerdo, llegamos a usar este tipo de ropa como práctico atuendo para trabajar. En cambio, estos de ahora son para horas más formales, por su estilo y tipo de material. Tras un rápido “window shopping” llega la hora del almuerzo. De nuevo, cocina italiana: en Caffé Ragazzi, donde comí de entremés un exquisito y bien presentado Arancini. Es decir, una bolita de arroz relleno de queso mozarela y con salsa pomodoro (tomate) por fuera y pesto. Cada sabor es detectable. De plato fuerte: rissotto al curry con pechuga de pollo (a la plancha). También estupendo. Este café, donde hay un espacio lounge para la hora del coctel, ofrece un menú ejecutivo cada día laborable de lunes a viernes, con ocho opciones de plato fuerte: el costo trescientos veinte pesos más impuestos. Incluye además pan con ajo, refresco y café. Pero aquí no me quedé para el postre. Me sugieren caminar hasta Plaza Lama y probar un helado artesanal de yogur con mango. ¡Qué buen sabor!
Plato con dos arancinis en el Caffé Ragazzi.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La Oficina de Atención Permanente de La Romana aplazó para este miércoles el conocimiento de la medida de coerción a Luis Corniel Pineda (Da...
-
La reducción a cero de los accidentes ocurridos en el tramo Higuey-La Romana-Higuey por parte de los transportistas de empresas turísticas d...
-
Higuey:- Los pacientes que requieran viajar a la capital para recibir tratamiento contra el cáncer o cualquier otra enfermedad catastrófica...
No hay comentarios:
Publicar un comentario