Hoy por hoy, para sobrevivir en un mundo sobresaturado de productos y servicios, la fidelización de clientes se ha convertido en el recurso más útil para las empresas. Evidentemente, sin clientes, no se va a ninguna parte. Si es importante captar nuevos clientes, es aún más importante mantener a los que ya se tienen.
Clientes obtenidos: clientes que no se deben perder
El marketing es una guerra de percepciones. No es una lucha por ofrecer el mejor producto. Las personas no compran algo porque sea bueno, lo adquieren por lo que sienten teniéndolo, usándolo, luciéndolo, etc.
Evidentemente, la mejor impresión que puede tener un cliente respecto a una empresa, es que forma parte de una gran familia: una familia que le escucha y que comprende sus necesidades.
Captar clientes es cada vez más difícil y más costoso. La posibilidad de comprar en cualquier parte del mundo “con un solo clic”, ha obligado a las empresas a volverse más competitivas. Para llegar a la gente, es necesario hacer una mayor inversión en publicidad y en tiempo. Además, debido al exceso de información que reciben las personas constantemente, la originalidad debe estar bien presente a la hora de hacer una campaña. Hacer un anuncio muy original y muy bien estudiado, consigue que una campaña publicitaria tenga mayor impacto.
Los clientes que la empresa ya tiene, saben que los productos cumplen sus necesidades, conocen las condiciones con las que trabajan y han visto las ventajas de adquirir algo en este lugar. En definitiva: no necesitan un festival de luces y frases bien construidas para ser captados. Por eso hay que luchar para que no se vayan.
Todo esto es una buena excusa para implantar un buen sistema de marketing personalizado para fidelizar al cliente.
En una empresa podemos encontrar tres tipos distintos de clientes:
Completamente satisfechos: son los que más clientes van a atraer a la empresa por el “boca a oreja”. Son los más valiosos.
Satisfechos: es fácil que se vayan con la competencia. Aun así, se pueden acabar fidelizando.
Insatisfechos: son los que no están contentos y se irán irremediablemente. Pueden hablar muy mal de la empresa, haciendo mucho daño. Normalmente, no es rentable hacer una campaña exclusiva para ellos. Generalmente el problema no está en el grado de satisfacción con los productos o servicios, sino que, por cualquier motivo, no han “conectado” con la empresa.
Los esfuerzos, por tanto, deben ir enfocados a mantener a los clientes satisfechos y a los completamente satisfechos. Sobre todo, hay que mantener a estos últimos porque son los que mejor van a hablar de la empresa. Son grandes captadores de clientes y pueden suponer un ahorro en publicidad.
Métodos para la fidelizar al cliente que hay que tener muy en cuenta
Las campañas de marketing personalizado, bien segmentadas, son más rentables. Por este motivo hay que empezar por implantar un sistema para que los clientes dejen sus datos de contacto. Posteriormente habrá que dividir a los clientes en grupos en función de sus características y sus gustos, y siempre en consonancia con el producto.
Los clientes se marchan con facilidad porque hay mucha oferta. Por eso, para las buenas campañas, hay que tener en cuenta factores personales, familiares y económicos. Es una forma de personalizar para atender mejor y, por tanto, hacer que el cliente esté más satisfecho.
Una forma de fidelizar al cliente es ofrecer muchas facilidades de acceso. Por ejemplo: los bancos ponen cajeros, ofrecen tarjetas y hacen aplicaciones para móvil. Todo esto es para que sus clientes tengan mayor facilidad de acceso a sus cuentas.
Otra forma es hacer ofertas personalizadas, por volumen de compra, por exceso de stock. Pero hay que tener en cuenta los verdaderos intereses de los clientes, para no saturarles con publicidad de cosas que no quieren.
También funcionan muy bien las tarjetas de puntos, los bonos de descuentos y los cupones de regalos. Hay empresas especializadas en crear este tipo de productos para móvil (Pinche aquí).
Fidelizar es, al fin y al cabo, crear una relación personal entre el cliente y la empresa, donde el cliente se siente apreciado, escuchado y bien atendido. ¡Fidelice a sus clientes, gane en rentabilidad!
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