Ante impotencia de autoridades
La basura afea el entorno, amenaza la biodiversidad marina y genera contaminación en las aguas
Bávaro. Botellas, platos y vasos desechables, bolsas plásticas y otros desperdicios han pasado a formar parte del paisaje en varios tramos de la playa de Bávaro. En la zona conocida como el Cortecito, vendedores ambulantes, empleados de pequeños negocios e inquilinos de residencias cercanas mantienen un vertedero improvisado a menos de 10 metros del agua.
La situación de insalubridad y arrabalización ha generado las quejas de turistas y hoteleros, afectados por el mal olor que expiden montículos de basura situados a pocos metros de las edificaciones turísticas, amenazando la industria que sostiene la economía del país.
El director del Clúster Turístico de la Altagracia, Juan Carlos Sánchez, se mostró preocupado por la amenaza que esto representa no solo para el turismo sino también para los ecosistemas marinos.
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