Desmantelan banda de sicarios operaba en La Romana; se le atribuyen decenas de crímenes

Entre la lista de personas a ejecutar hay una autoridad judicial de La Romana y un empresario de Higüey


Manuel Antonio Vega

La Romana.- El director regional Este de la Policía, general Manuel Castro Castillo dio a conocer anoche e en rueda de prensa el desmantelamiento de una poderosa banda de sicarios con ramificación internacional que operaba en la región, a quien se le atribuye decenas de muertes.
Al grupo se les atribuyen crímenes en Higüey, La Romana y Miches, en todos los casos hechos ligados a asuntos de narcotráfico.
Dijo que uno de los crímenes más sonado fue el ejecutado por el grupo en el Cars Wash Cutón, ocurrido el sábado de marzo, donde se asesinó a dos personas y se hirió otras dos personas, con armas de alto calibre.
En ese hecho trágico perdieron las vida Juan Bartolomé Jazmín y Rafael Ramírez, mientras que los heridos fueron Elpidio Antonio Bergés Ramírez y Elías Miguel Jiménez Vargas.
Según la policía la banda está integrada por reconocidos criminales, entre los que se encuentran Salomón Eusebio Rosario (Piki), Juan Julio Cordero Febles (Copelín); Jorge Alexander Mota Félix (Mayobanex); Efrain Febles Mercedes (Primate); Edgar Rafael Rijo Astacio (Kico); Rafael Damaso (Papo) Junior Guerrero Torres (Junior), y Francisco Antonio Luis Díaz (Antonio).
Están prófugos y se activa su localización Copelín, Piki y Junior, según los datos ofrecidos por el general Castro Castillo.
Se reveló que durante el proceso de investigación del caso “Cuton”, los investigadores pudieron descubrir que la red de sicarios estaba al servicio del crimen organizado nacional e internacional.
La banda se ha mantenido operando durante varios años en la región Este, siendo responsable de haber causado la muerte a decenas de personas por diferentes actividades de narcotráfico, cobro de deudas y eliminación de testigos.

El extenso informe explica asimismo el modus operandi del grupo, cuyos integrantes cobraban en dólares por la muerte de sus víctimas, y contaban con todo un diseño de pasos que iban desde el secuestro de su objetivo, matarlo, quemarlo, tirarlo y enterrarlo en cañaverales y lugares solitarios.
Otro sistema empleado  si la víctima se dificultaba era dispararle desde un vehículo, tal y como lo ejecutaron en el caso Cuton.
Al grupo también se le atribuye la muerte del joven Junior Guerrero Torres, deportado de los Estados Unidos, y quien trabajaba para Copelín.
Junior fue quien ejecutó al propietario del Centro Cervecero Momón Súper Frías, Ramón Antonio Herrera (Momón) y participó en otros casos.
La policía indica que existen indicios de que Junior fue desaparecido, luego que tuviera diferencia por una mujer con Mayobanex. En la Jeepeta de Mayobanex se encontró evidencias de sangre.
De acuerdo a las investigaciones Copelín se le atribuye la muerte de Alfredo Rodríguez Pérez “Niño Pata Corta” y Arturo Domatur, quienes aparecieron acribillados en la carretera La Romana- Güaymate, quienes tenían deudas pendientes en Estados Unidos con elementos ligados al tráfico internacional de drogas.
Otros crímenes
El grupo, según la policía, tiene responsabilidad de la muerte de Juan Pablo Santana y José Ramírez Medina, el 25 de noviembre del 2008.
De igual manera el caso de la gallera de Benerito por una deuda de narcotráfico, y en la discoteca Cool Bar en Santo Domingo, donde fueron asesinados José Altagracia Alfonseca Rondón y Israel Villa Peña. José Altagracia era espaldero de Piki, y Piki mató a Villa Peña, resultando herida la joven  Nilca Gisela Ortiz.
Mientras continuaban las investigaciones salían a relucir más informes, dándose a conocer que los planes más reciente eran  atentar contra una autoridad judicial de la provincia de La Romana y ejecutar a una persona por deuda de narcotráfico en la provincia La Altagracia (Higüey).
El oficial no reveló el nombre de la autoridad judicial, pero dijo que en su entorno se ha puesto una vigilancia especial, para evitar cualquier ataque de los sicarios que están prófugo y que están fuertemente armados con armas de alto calibre.
En el caso Cutón el objetivo era asesinar a Elpidio Antonio Ramírez Berges, quien resultó herido.