Mountain Bike para 'atletas de corazón'

Campeona Nacional de MTB

El ciclismo es un deporte caro, en especial el de montaña, para el que cualquier “arito viejo” puede costar 14,000 pesos, y así por el estilo, con unos precios que tienden a variar hacia la derecha.

Como bien definen muchos amantes de esta disciplina, el Mountain Bike es más que un deporte, es un estilo de vida que conlleva entrenamiento constante enlazado a una buena nutrición.

El poco apoyo impide que talentos, sobretodo del interior del país, puedan destacarse con los pedales de este deporte, en donde se ven ciclistas “quedados”, sin poder participar en competencias por falta de un tubo, una cadena y cositas de este tipo, hasta por un pasaje.

En el transcurso de 2011, Yenny Suriel, además de convertirse en la Campeona Nacional de Mountain Bike, se colocó en los primeros lugares de varios pódiums en competencias nacionales como internacionales de este deporte, que tuvieron sede en el país.

Suriel, en ocho años incursionando en el ciclismo de montaña, se ha ganado el respeto internacional. El primer lugar en el Clásico de Jarabacoa, las dos etapas de la Prueba de Parejas que se realiza en el país; Surviver, Máster de la Cordillera, el Sierra X Challenge; el segundo lugar en el Maratón Cañero y el cuarto lugar (entre 200 participantes) en el recorrido de Ocoa a las Pirámides, son algunos de sus logros en el camino recorri do sobre dos ruedas. Yenny Suriel Veras nació y se crió en Santiago de los Caballeros.

Esta mujer que se autodefine como “marimacho”, fue alumbrada en el parto recorriproducto de la fusión de Eduviges Antonia Veras y Patricio Suriel en el año 1973. Dianne y Yanice Cruz, al igual que Chelsey Tapia, son los retoños que han brotado de su ser. Su generación ya se extiende hasta sus nietas: Maitte y Sherley Reyes.

El talento de esta competitiva mujer ha puesto sobre su trabajo la mira de marcas internacionales como Kona Bike y Ryder, que la patrocinan con el uniforme y la alimentación.

Sus inicios en el mundo de las bicicletas se remonta al 2003. A seis meses de una cesárea, la de su tercera hija, experimentó una depresión posparto ligada a una difícil circunstancia matrimonial: su esposo, militar, fue enviado a la guerra de Irak, pero él desertó, por lo que fue encarcelado, recuerda Yenny.

La Campeona Nacional, atleta desde joven, nunca había tocado una bicicleta de una envergadura mayor. Decidió armar la bicicleta doble a su esposo. Junto a una hermana , se aventuró a una convocatoria con destino a Monte Cristi. En esa ocasión llegó último “pero llegó”. De ahí empezó a tomarle amor a la disciplina.

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