En pueblos dominicanos se fabrican armas ilegales

La compra de armas blancas y de fuego se ha incrementado en los últimos tiempos, debido al clima de inseguridad que reina en todo el país.
Muchos dominicanos están acudiendo a la compra de cuchillos, machetes, navajas, punzones, y armas de fuego legales e ilegales, como forma de disponer de instrumentos que le permitan defenderse de la delincuencia que azota ciudades, pueblos y barrios.

El incremento de la venta de armas se nutre, del mismo modo, del trasiego de armas desde el vecino Haiti, así como de las “armerías ilegales” que han surgido en algunos barrios de Santo Domingo y en comunidades del interior.

En la zona Este del país, por ejemplo, ha comenzado a tomar cuerpo un discreto mercado de venta de armas de fabricación casera.  Se trata de pistolas rústicas, fabricadas por herreros de barrios y vendidas a precios asequibles a la masa pobre.

“Un pobre no puede comprar una pistola legal o ilegal, por eso va a los patios donde la fabrican y paga mil pesos por una pistola hecha en forma rústica”, se dijo a Primicias.

Primicias obtuvo fotos de una pistola ilegal, fabricada en un patio de una comunidad rural del país. 

El arma coge un proyectil calibre 9 milimetros y tiene un dispositivo que le permite dispararla, con un alcance de casi cincuenta metros.

“Esa pistola es útil para quien se quiera defender de una agresión de una persona, solo que hay que recargarla como las armas antiguas”, se explicó a Primicias.

Se dijo que la mayoría de las personas que compran esas armas las usan para repeler a los delincuentes, pero que no se descartan que muchas hayan ido a parar a manos de antisociales que se inician en el mundo de las drogas y el crimen.